El 15 de Agosto los institutos de opinión pública dan a conocer un informe que establece que el 24% de los católicos en Francia aprueban a Mons. Lefebvre, el 28% está en contra y el 48% se muestra indiferente.
Es entonces cuando algunos medios acusan a Mons. Lefebvre de ser apoyado por grupos ultraderechistas y fascistas. Monseñor responde: “Es siempre así, un grupo quiere disciplina, autoridad, tradición y es siempre definido como de derechas o dicen que van del brazo de movimientos políticos de derecha. ¡Pero eso es pura imaginación¡ Yo no tengo nada que ver con los movimientos políticos de derechas, aunque lo innegable es que estamos a favor de la disciplina, la autoridad y la tradición”.
Mons. Lebevre celebra Misa multitudinaria en el Palacio de Deportes de la Feria Internacional de Lille, el 29 de Agosto de 1976, en la que declara que someterse a la “suspensión a divinis” sería contribuir a la destrucción de la Iglesia. Asistieron más de 5 mil fieles y 300 periodistas.
En el sermón dice: “Esta misa no es un reto. Sois vosotros, queridos hermanos, tan numerosos y venidos de tan lejos, quienes la habéis deseado para hacer profesión de nuestra Fe católica. Se me ha llamado jefe de los tradicionalistas, pero no soy más que un simple católico -sacerdote, eso sí; obispo, eso sí- pero con las mismas reacciones que vosotros. Hago las mismas cosas que hacía antes del Concilio y resulta que he sido suspendido y tal vez sea excomulgado; se me considera sospechoso, renegado, separado de la Iglesia. Se reconoce al árbol por sus frutos y los frutos del Concilio Vaticano II son frutos amargos que le hacen mal a la Iglesia. El Concilio ha consumado el matrimonio de la Iglesia con la revolución... pero lo que ha hecho la revolución no es nada comparado con lo que ha hecho el Concilio. Cincuenta mil sacerdotes se han perdido, se han casado. Incluso muchos de ellos se han divorciado. Veinte mil religiosos de los Estados Unidos han abandonado la religión. Hubiese sido mejor que muriesen en la hoguera ya que así, al menos, hubieran salvado su alma. ¿Qué ha sido del hermoso seminario de Lille? ¿Dónde están los seminaristas? De la unión adúltera entre la Iglesia y la revolución sólo pueden nacer bastardos: esta unión se concreta con el diálogo en pie de igualdad entre la verdad y la mentira. No se puede dialogar con los protestantes: les amamos y por eso queremos convertirlos. No se puede dialogar con los francmasones ni con los comunistas porque con el Diablo no se dialoga. Los francmasones siguen celebrando misas negras, roban hostias sagradas. ¿Cómo puede hablarse de diálogo con los francmasones? Las sanciones que me han impuesto no son válidas ni canónica ni teológicamente. Se está destruyendo lo que queda de los Estados católicos. No somos nosotros los que provocamos el cisma, sino la Iglesia Conciliar. Nosotros estamos con todos los Santos del cielo que se regocijan con esta asamblea de hoy. Nosotros pedimos al Papa sólo una cosa: que entre todas las experiencias que hoy se llevan a cabo nos permita hacer la experiencia de la tradición. Dadnos una iglesia en cada diócesis en vez de dárselas a los musulmanes. Solamente dentro del orden, la paz y la justicia, la economía puede resucitar. Es evidente. Tómese el caso de la República Argentina. ¿En qué estado estaba hace dos o tres meses? En una anarquía completa.... los bribones mataban a derecha e izquierda, las industrias estaban completamente arruinadas, los patrones de las fábricas encerrados, secuestrados. Todo en un país que podría ser de una prosperidad increíble con riquezas extraordinarias. Ahora hay un gobierno de orden que pone un poco de orden en los asuntos, que tiene principios, autoridad, que impide a los criminales matar... y he aquí que la economía resurge, los obreros tienen trabajo y pueden entrar a sus casas sabiendo que no van a estar amenazados por una huelga. No tengo la certeza de que este Papa sea verdaderamente Papa. Existe la duda de que Paulo VI no haya sido nunca Papa o, por lo menos, que ya no lo sea en este momento. En la Iglesia todo está cambiando. Yo... yo ya no entiendo nada”.
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