2 de Junio de 1929.... el General en Jefe del Ejército Cristero, Enrique Gorostieta y Velarde, muere en una emboscada, en la Hacieda del Valle, en Atotonilco el Alto, Jalisco. De un grupo numeroso de cristeros sorprendidos, es el único que muere.
¿El contexto? Un país desgarrado por la guerra entre el pueblo católico y el gobierno masónico apoyada por los Estados Unidos. La economía destrozada. El ejército gubernamental desgastado y derrotado. Campaña política por la Presidencia de la República, resultado del asesinato un año antes del Presidente "electo", el traidor Álvaro Obregón. Un candidato opositor que lleva la delantera: José Vasconcelos, el Maestro de las Juventudes de Hispanoamérica. Una sublevación interna entre el mismo grupo gobernante, que hace que dos terceras partes del ejército gubernamental se subleven, encabezada por los generales José Gonzalo Escobar, que combate en Coahuila, Francisco Manzo, en Sonora, y Jesús M. Aguirre, en Veracruz. La opinión pública internacional y la presión de diversos sectores de la sociedad norteamericana que denuncian la carnícera y la violación a todo derecho y toda justicia que la dictadura pretoriana del "turco" Plutarco Elías Calles comete en Méjico. La caída de la dictadura es cuestión de días.... o de horas.
La jerarquía religiosa mejicana, liderada por un cobarde de primera: Pascual Díaz y Barreto, SJ, Obispo de Tabasco, que sería premiado con el Arzobispado de la Ciudad de Méjico. Asistido por otro cobarde: Mons. Leopoldo Ruiz y Flores, Arzobispo de Morelia, quienes consuman la traición.
Unos días antes, el General Gorostieta había escrito un documento muy fuerte contra la cobardía, pactismo y oportunismo de los jerarcas religiosos. Cuenta la historia, que en reunión con sus generales y cadena de mando, deciden continuar la lucha armada hasta la victoria total.
Por tal motivo, resulta altamente sospechosa la extraña "coincidencia" de que los cristeros del grupo más cercano al imbatible Gral. Gorostieta hayan sido "sorprendidos" en la Hacienda del Valle. Los únicos que conocían los movimientos de Gorostieta y su escolta eran unos contados dirigentes civiles del Movimiento Cristero, quienes, bajo pena de excomunión, debían comunicar todo a los Arzobispos citados.
Nunca más oportuna la muerte del Jefe "incómodo". Los jerercas y la intelectualidad balndengue y pactosa comenzaron a llamar "incontrolados" a los cristeros que en el campo de batalla arriesgaban todo y se partían el alma por un sólo ideal: el Reinado Social de Cristo en Méjico.
¿Y que sucede después de la muerte de Gorostieta? El "Alto Mando" encabezado por traidores designa para sucederlo como General en Jefe a Jesús Degollado Guízar.
¿Y qué hace Degollado Guízar? En tan sólo 19 días "se da cuenta" de que es inútil proseguir una guerra que estaba más ganada que perdida, y acepta los mal llamados "Arreglos", rindiendo a las tropas cristeras ante los mercenarios callistas el 21 de Junio de 1929. ¡Qué gran cometido el de este gran Jefe Supremo! En 19 días arruinó la lucha de casi 3 años, y escupió sobre la sangre de tantos y tantos mártires que dieron su vida por Dios y por la Patria. Vendió a sus compañeros de lucha, pues para todos es sabido que después de la "rendición" murieron asesinados por el gobierno callista más cristeros que en tres años en los campos de batalla.
Pero, ¿quién era este oscuro personaje? Veamos:
Jesús Degollado Guízar nació en Cotija de la Paz, Michoacán, zona de asentamiento de judíos conversos, a finales del siglo XIX, hijo de Santos Degollado Carranza y de Maura Guízar Valencia.
A temprana edad su familia se trasladó a vivir a Atotonilco el Alto, Jalisco, mismo lugar donde sería asesinado a traición el Gral. Gorostieta.
En dicho lugar se afilió a la Asociación Católica de la Juventud Mexicana, y después a la Unión de Católicos Mexicano,s la clandestina "U".
¿Qué otros antecedentes tuvo, como para ser designado General en Jefe del Ejército Cristero? Alfonso Taraena, acucioso cronista nacional, nos lo cuenta en su obra "La verdadera revolución mexicana", XII etapa (1926-1927), México, editorial Jus, 1963, páginas 213 a 215, en donde nos dice lo siguiente:
*En 1920 trabajó como propagandista del candidato presidencial Alfredo Robles Domínguez, quien a pesar de ser de origen revolucionario, fué apoyado por algunos sectores católicos, contra Carranza.
*Su principal actuación en dicha campaña política fué lanzar en la Cámara de Diputados polvos de picapica para hacer estornudar a los legisladores y gritar entre el montón de la graderías que Obregón era el asesino de Carranza.
*Se salvó de ir a la cárcel porque engañó a los custodios de los detenidos diciéndose compañero de los de la policía secreta a quienes mostró una credencial que tenía del obregonista Partido Liberal Consitucionalista.
*En Atotonilco hizo triunfar una planilla para la elección de Ayuntamientos aliándose con los izquierdistas José Guadalupe Zuno, candidato para gobernador, y Silvano Barba González, para diputado.
*Con otros correligionarios suyos, se apoderó en la presidencia municipal d las boletas para los electores y de los padrones, aprovechando un descuido del secretario, quien después se lamentaba desolado interrogándolo si no había visto quién se los había robado.
*El día anterior a las elecciones amenazó con levantar a balazos la casilla si se instalaba antes de tiempo.
*Al amanecer, hizo ademán de cumplir su palabra y sacó su pistola, pero sin llegar a dispararla.
*Una vez inicida la guerra cristera, en Cañadas, Jalisco, el sacerdote José Reyes Vega, Lauro Rocha y otros lo invitaron a unirse a ellos. Pero no lo hizo "porque toda su vida había sido muy miedoso", según propia confesión.
*Después de cumplir una orden del Lic. Anacleto González Flores para llevarle parque a las tropas, es llamado de nuevo a Guadalajara, donde el Alto Mando le informa de la muerte de Anacleto y lo designa "General de División" el 20 de Mayo de 1927.
Y así fueron los verdaderos antecedentes y "meteórica" carrera militar de este cobarde y traidor. Después de consumar su traición, vivió cómodamente hasta su muerte en 1957.
¿Y saben ustedes de quién fué tío? Nada más y nada menos que del cura pederasta, drogadicto, maricón y estafador, Marcial Maciel Degollado, fundador y máximo líder de la peligrosísima secta "Legionarios de Cristo", protegido hasta la ignominia por el partisano polaco Karol Josef Wojtyla Katzarowsky, alias "Juan Pablo II", y sin embargo, condenado como "falso profeta" por el perito dl Vaticano II, Joseph Alois Ratzinger von Tauber, alias "Benedicto XVI".
De Jesús Degollado Guízar a Marcial Maciel Degollado, dos de los pudridores del cristianismo en Méjico. La cobardía, la simulación, el engaño, la traición, congénitas en ambos personajes
DE AQUELLOS POLVOS, ESTOS LODOS...
ResponderEliminarhttp://infocatolica.com/?t=noticia&cod=19022&utm_medium=email&utm_source=boletin&utm_campaign=bltn131107
Solo una pequeña observación.
ResponderEliminarFue el obispo Leopoldo Ruiz y Flores, arzobispo de Michoacán y delegado apostólico y el obispo de Tabasco Pascual Díaz. Los que consumaron la traición.
Y no Mons. Luis Maria Martinez.
Dios lo bendiga
Muchas gracias Padre Manuel, ya quedó hecha la corrección.
ResponderEliminar¿Dónde están las fuentes de tu texto?, sin ellas es difícil creer lo que dices, además carece en su totalidad de objetividad y es muy despectivo con algunos personajes que mencionas. si corriges y solo pones los hechos si te creen Atte. Antonio
ResponderEliminarla obra de Alfonso Taracena "La verdadera Revolución Mexicana". Saludos Antonio.
EliminarComo comunicarme con el padre Eduard Alexander Blandón Páez (colombiano)
ResponderEliminarInformación de altura para conocer los vericuetos de aquélla traición tan dolorosa de "los arreglos" para llevar a la muerte a personajes tan valiosos y tan valientes. En los homenajes ante la tumba de José De León Total que cada 9 de febrero le rendíamos los Sinarquistas, fuimos a rendirle honores al señor General Don Enrique Gorostieta Velarde en su tumba que se encuentra atrás de la de Total y nos enteramos que los restos del General Gorostieta fueron exhumados por su familia y llevados, según se nos dijo, a Monterrey, Nuevo León, México.
ResponderEliminarGracias al camarada Antonio Ambrosio Verde por conectarme con ésta página tan aguerrida para la Causa del Católico Nacionalismo Mexicano.
Se nota que muchos de los datos que expone nacen de una herida que supura. "De que murieron los quemados".
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