domingo, 26 de septiembre de 2010

Breve historia de la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X (IX Parte)

A principios de septiembre de 1976, 4 seminaristas viajan a Madrid con la pretensión de ofrecer una conferencia de prensa, que no es autorizada. Sin embargo, logran entrevistarse con muchísimos seguidores españoles. Los seminaristas eran:

Ø    Juan María Fernández Krohn (español, 27 años)
Ø    Olivier de Blignieres (francés, 27 años)
Ø    Jean-Michel Faure (francés, 35 años)
Ø    Anthony Cathey (norteamericano, 28 años)

El 2 de Septiembre Lefebvre visita el pueblito de Stefferhausen, en Lieja, Bélgica, invitado por el cura párroco, Paul Schoonbroodt para confirmar a los niños. Al día siguiente llega a Stein, Bélgica, y se entrevista con la Señora Berta Manders-Thomeer, dirigente de un grupo de apoyo a la Fraternidad de Mons. Lefebvre. Ambas visitas fueron prohibidas y boicoteadas por los Obispos locales. El 5 de Septiembre asiste a la primera Misa de Patrick Groche Michaud en Besancon, Francia.

En estos días Mons. Lefebvre declara: “No conozco la influencia del Papa en los asuntos que sacuden actualmente a la Iglesia, pero si él se identifica con estos cambios, entonces, yo creo que es un cismático. Además, prefiero decir que Paulo VI es un misterio para mí antes que discutir lo que realmente es”. También 28 sacerdotes franceses solicitan  la revisión de las sanciones contra Mons. Lefebvre y los sacerdotes ordenados por él, y pedían que se autorizara a cuantos lo deseen a celebrar la misa según el misal y rito de San Pío V.

El P. Louis Coache afirma el 6 de Septiembre en Roma, invitado por los editores de la revista “Civitá Católica”: “Nuestra posición no es una revuelta contra el Papa. Simplemente, le pedimos que ponga orden en la Iglesia. No le acusamos (ni le acusa Monseñor Lefebvre) pero lo cierto es que a veces actúa como si quisiera propiciar la demolición de la Iglesia... la sanción vaticana no tiene fundamento jurídico porque decir misa en latín es, simplemente, seguir una milenaria tradición de la Iglesia, en tanto que la conciliar es equívoca y se asemeja a los ritos protestantes”

Por su parte, Mons. Francois Ducaud-Bourget, Obispo de la Orden de Malta y suspendido tiempo atrás, declara: “No es la misa en latín lo que se debate. Lo que pedimos es orden, un orden que ya no existe en la Iglesia. El actual Pontífice niega los dogmas, modifica la religión, pone a todos los credos a un mismo nivel. Pedimos orden, jerarquía, limpieza moral. Nos alzamos contra quienes invadieron la Iglesia en nombre de la democracia, del marxismo, de la revolución. Lo he dicho antes y puedo repetirlo: Italia fue feliz con Mussolini; yo no lo exalto, como tampoco elogio a Hitler. Pero no se puede sentir más que admiración hacia el pequeño cabo que hizo arrodillarse a Europa. Lo pienso así y no estoy solo: cuento con Mons. Lefebvre y con todos cuantos se niegan a participar del complot masónico-judeo-marxista urdido para destruir a la Iglesia de Cristo”.

El P. Pierre Debray, líder de “Los Silenciosos de la Iglesia”, declara: “El verdadero problema es que en el interior de la Iglesia Católica se está cambiando la religión. La religión del Dios hecho hombre ha sido reemplazada por la religión del hombre hecho Dios. El verdadero problema se encuentra en esta herejía fundamental contra la cual los obispos no hacen nada y el Vaticano se limita a llorar y no en el cisma que se atribuye a Mons. Lefebvre”.

El 9 de Septiembre Mons. Lefebvre visita Albano Laziale, en Italia, donde viven 2 sacerdotes y 12 monjas de la Fraternidad de San Pío X.

Continuará....

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Breve historia de la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X (Parte VIII)

El 15 de Agosto los institutos de opinión pública dan a conocer un informe que establece que el 24% de los católicos en Francia aprueban a Mons. Lefebvre, el 28% está en contra y el 48% se muestra indiferente.

Es entonces cuando algunos medios acusan a Mons. Lefebvre de ser apoyado por grupos ultraderechistas y fascistas. Monseñor responde: “Es siempre así, un grupo quiere disciplina, autoridad, tradición y es siempre definido como de derechas o dicen que van del brazo de movimientos políticos de derecha. ¡Pero eso es pura imaginación¡ Yo no tengo nada que ver con los movimientos políticos de derechas, aunque lo innegable es que estamos a favor de la disciplina, la autoridad y la tradición”.

Mons. Lebevre celebra Misa multitudinaria en el Palacio de Deportes de la Feria Internacional de Lille, el 29 de Agosto de 1976, en la que declara que someterse a la “suspensión a divinis” sería contribuir a la destrucción de la Iglesia. Asistieron más de 5 mil fieles y 300 periodistas.

En el sermón dice: “Esta misa no es un reto. Sois vosotros, queridos hermanos, tan numerosos y venidos de tan lejos, quienes la habéis deseado para hacer profesión de nuestra Fe católica. Se me ha llamado jefe de los tradicionalistas, pero no soy más que un simple católico -sacerdote, eso sí; obispo, eso sí- pero con las mismas reacciones que vosotros. Hago las mismas cosas que hacía antes del Concilio y resulta que he sido suspendido y tal vez sea excomulgado; se me considera sospechoso, renegado, separado de la Iglesia. Se reconoce al árbol por sus frutos y los frutos del Concilio Vaticano II son frutos amargos que le hacen mal a la Iglesia. El Concilio ha consumado el matrimonio de la Iglesia con la revolución... pero lo que ha hecho la revolución no es nada comparado con lo que ha hecho el Concilio. Cincuenta mil sacerdotes se han perdido, se han casado. Incluso muchos de ellos se han divorciado. Veinte mil religiosos de los Estados Unidos han abandonado la religión. Hubiese sido mejor que muriesen en la hoguera ya que así, al menos, hubieran salvado su alma. ¿Qué ha sido del hermoso seminario de Lille? ¿Dónde están los seminaristas? De la unión adúltera entre la Iglesia y la revolución sólo pueden nacer bastardos: esta unión se concreta con el diálogo en pie de igualdad entre la verdad y la mentira. No se puede dialogar con los protestantes: les amamos y por eso queremos convertirlos. No se puede dialogar con los francmasones ni con los comunistas porque con el Diablo no se dialoga. Los francmasones siguen celebrando misas negras, roban hostias sagradas. ¿Cómo puede hablarse de diálogo con los francmasones? Las sanciones que me han impuesto no son válidas ni canónica ni teológicamente. Se está destruyendo lo que queda de los Estados católicos. No somos nosotros los que provocamos el cisma, sino la Iglesia Conciliar. Nosotros estamos con todos los Santos del cielo que se regocijan con esta asamblea de hoy. Nosotros pedimos al Papa sólo una cosa: que entre todas las experiencias que hoy se llevan a cabo nos permita hacer la experiencia de la tradición. Dadnos una iglesia en cada diócesis en vez de dárselas a los musulmanes. Solamente dentro del orden, la paz y la justicia, la economía puede resucitar. Es evidente. Tómese el caso de la República Argentina. ¿En qué estado estaba hace dos o tres meses? En una anarquía completa.... los bribones mataban a derecha e izquierda, las industrias estaban completamente arruinadas, los patrones de las fábricas encerrados, secuestrados. Todo en un país que podría ser de una prosperidad increíble con riquezas extraordinarias. Ahora hay un gobierno de orden que pone un poco de orden en los asuntos, que tiene principios, autoridad, que impide a los criminales matar... y he aquí que la economía resurge, los obreros tienen trabajo y pueden entrar a sus casas sabiendo que no van a estar amenazados por una huelga. No tengo la certeza de que este Papa sea verdaderamente Papa. Existe la duda de que Paulo VI no haya sido nunca Papa o, por lo menos, que ya no lo sea en este momento. En la Iglesia todo está cambiando. Yo... yo ya no entiendo nada”.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Breve Historia de la Fraternidad de San Pío X (Parte VII)

El 1 de Julio se le confirma a Mons. Lefebvre la “suspensión a collatione ordinum”, es decir, la prohibición de ordenar sacerdotes por un año, y suspende a los 12 ordenados, y los declara “irregulares”. Mons. Pierre Mamie, Obispo de Friburgo, le prohibió además predicar en todo el territorio de la Diócesis, y prohíbe al suizo Denis Roch celebrar misa, confesar o ejercer cualquier otro ministerio sacerdotal.



El 14 de Julio Mons. Lefebvre escribe a Paulo VI solicitándole una entrevista y añade: “la confusión extendida en la Iglesia en los últimos años, que Vuestra Santidad denunció en sus discursos y en el último consistorio, son precisamente las razones de las graves reservas que nosotros hacemos a los peligros de la adaptación de la Iglesia al mundo moderno”.



El 17 de Julio de 1976 Lefebvre escribe a Pulo VI lo siguiente: “Santísimo Padre, dígnese Usted manifestar su voluntad de ver extenderse el reino de Nuestro Señor Jesucristo en este mundo, restaurando el Derecho público de la Iglesia, devolviendo a la Liturgia su valor dogmático y su expresión jerárquica, según el rito latino romano consagrado por tantos siglos de uso, restableciendo con honor la Vulgata, devolviendo a los catecismos su verdadero modelo, el del Concilio de Trento.... Que Su Santidad abandone esta empresa nefasta de compromiso con las ideas del hombre moderno, empresa que encuentra su origen en un acuerdo secreto entre altos dignatarios de la Iglesia y los de las Logias Masónicas, desde antes del Concilio. Perseverar en esta orientación, es proseguir en la destrucción de la Iglesia. Su Santidad entenderá que no podemos colaborar en un intento tan funesto, lo que haríamos si consintiéramos en cerrar nuestros seminarios. Que el Espíritu Santo se digne dar a Su Santidad las gracias del don de fuerza, a fin de que Su Santidad manifieste, por actos no equívocos, que no hay más salvación que en Jesucristo y en su Esposa Mística, la Santa Iglesia Católica y Romana”.



Como respuesta, el 24 de Julio de 1976, una “suspensión a divinis”, por un año, es impuesta, prohibiendo a Marcel Lefebvre administrar los sacramentos, entre ellos el celebrar la “misa”.... "nueva", como él mismo declaraba. Tal decreto estaba firmado por el secretario de un Cardenal, y no por un Cardenal, como se requería.



Algunos seminaristas de Ecóne abandonan el seminario. El grupo integrista francés “Los Silenciosos de la Iglesia”, capitaneados por Pierre Debray, se declararon fieles a Paulo VI. El abad George de Nantes, demostró su desaprobación a Lefebvre. Éste declara entonces: “cismático es el Papa. No nosotros que estamos en línea con los veinte siglos de la Iglesia... no es sólo la cuestión jurídica la que importa, sino también el aspecto teológico: quieren suprimir totalmente el verdadero sacerdocio. Es por ese motivo por el que no pueden aceptar nuestro seminario: porque quieren cambiar el sacerdocio, cambiar toda la liturgia, toda la formación de los seminaristas”.



Poco a poco se llegaría a la conclusión de que, para el reconocimiento público de la Fraternidad, su Superior General debía aceptar la nueva misa y el ritual nuevo de los sacramentos.

Continuará...

sábado, 4 de septiembre de 2010

Breve historia de la Fraternidad de San Pío X (Parte VI)

El 8 de Diciembre de 1975 ordena en Ecóne al seminarista alemán Franz Schmidberger, de 29 años de edad, quien había ingresado al seminario para el curso de 1972.


El 21 de abril de 1976, el Card. Benelli, sustituto del Card. Villot en la Secretaría de Estado, envía una carta a Mons. Lefebvre en la que detalla las condiciones de un posible acuerdo: aceptar el Concilio Vaticano II y todos sus documentos, adhesión a la persona del Papa Paulo VI y a todas sus enseñanzas y seguir el Novus Ordo como prueba concreta de sumisión.


Paulo VI, en el consistorio del 24 de Mayo de 1976 pronuncia una alocución en la que denuncia públicamente a Mons. Lefebvre como “desobediente”, especialmente en lo que se refería a la nueva misa, y califica el tema como “grave y amargo”.


El 12 de Junio de 1976 el Card. Benelli amenaza de parte de Paulo VI a Mons. Lefebvre con la “suspensión” si llevaba a cabo las ordenaciones anunciadas para el 29 de Junio.


El 29 de Junio de 1976 Mons. Lefebvre ordena sacerdotes a 12 seminaristas de Ecóne, así como a 14 diáconos, formados todos íntegramente en su seminario. Los nuevos sacerdotes eran: 7 franceses, un suizo, un alemán, dos ingleses y un norteamericano, siendo ellos:



--Patrick Groche Michaud (francés, de 27 años)

--Christian Chenevier (francés)

--Emmanuel de Taveut du Chalard (francés)

--Pierre D´Argenson (francés)

--Luis Paul Dubroeucq (francés)

--Denis Roch (suizo)

--Klaus Wodsack (alemán)

--Richard Nelson Williamson (ingles, de 36 años)

--Daniel Lytle Dolan (norteamericano, de 25 años)


Entre ellos dos sacerdotes para comunidades amigas de su Fraternidad, así como 14 diáconos.


En el sermón anunció: “Tal vez mañana, en los periódicos, aparecerá nuestra condena y yo mismo seré sancionado con la suspensión. Pues bien, yo invoco a San Pío V y, en consecuencia, sus censuras son absolutamente inválidas”.

Continuará...

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Breve historia de la Fraternidad de San Pío X (Parte V)

El 13 de Febrero y el 3 de Marzo de 1975 Mons. Lefebvre es de nuevo llamado a Roma para conversar con los miembros de una comisión integrada por los Cardenales Wright, Garrone y Tabera sobre el Seminario y la Fraternidad. El Cardenal Garrone lo trató de loco y lo acusó de romper la comunión de la Iglesia. Una carta de Mons. Mamie, nuevo Obispo de Friburgo, fechada el 6 de Mayo de 1975 decretaba la supresión inmediata de la Fraternidad y del Seminario.


En la misma fecha los 3 cardenales de la comisión firman una carta en la que dicen que la declaración de Mons. Lefebvre del 21 de Noviembre de 1974 es “inaceptable en todos sus puntos”.


Monseñor Lefebvre impugna legalmente el 21 de Mayo la resolución que suprimía su Seminario basándose en que la única congregación romana facultada para examinar el texto de la declaración era la de la Doctrina de la Fe, que no estaba representada en ninguno de los tres cardenales, además de que una vez erigida canónicamente una congregación, ningún obispo la puede suprimir sin haber seguido antes un procedimiento en Roma, pero su recurso es bloqueado ilegalmente por el Cardenal Villot, Secretario de Estado, quien lo desecha sin examinarlo el 10 de Junio.

Paulo VI le escribe una carta a Lefebvre “haciendo suya” la decisión de la comisión cardenalicia.

El Cardenal Villot, por su parte, envía una carta a las conferencias episcopales de todo el mundo, según la cual los Ordinarios eran invitados a no conceder la incardinación en sus diócesis a los seminaristas de la Fraternidad de San Pío X que fueran ordenados.


Para abril de 1975, la Fraternidad tenía 104 seminaristas en Ecóne y 8 en Armada.


El 29 de Junio de 1975 ordena sacerdotes a tres seminaristas, entre ellos al francés Bernard Tissier de Mallerais, de 30 años de edad, al francés Philippe Francois Blain y al norteamericano Donald J. Sanborn, de 25 años.


El 10 de Junio Paulo VI escribe una carta de su puño y letra a Mons. Lefebvre en la que le pedía que, en un acto público, declarase su sumisión “al Concilio, a las reformas posconciliares y a las orientaciones que imparte el mismo Papa”. Mons. Lefebvre no contestó. Paulo VI le vuelve a escribir, y Mons. Lefebvre le responde el 10 de Noviembre: “Otorgo mi sumisión al sucesor de Pedro en lo que respecta a su función esencial que es la de transmitir fielmente el depósito de la Fe”.


En su “Carta número nueve a mis amigos y benefactores”, escrita en septiembre de 1975, Mons. Lefebvre resumía nuevamente su posición: “El problema de Ecóne es el de miles y miles de conciencias católicas desgarradas, divididas, trastornadas desde hace seis años por un martirizante dilema: obedecer, a riesgo de perder la fe, o desobedecer y conservar la fe intacta. Obedecer y colaborar en la destrucción de la Iglesia; desobedecer y trabajar en su preservación y continuidad. Aceptar la Iglesia reformada y liberal o conservar la militancia en la Iglesia católica. El liberalismo sirve sólo para liberar a la inteligencia de la fe y de la ley, lo que significa que tales principios y sus consecuencias: libertad de pensamiento, de enseñanza, de conciencia, de escoger religión; falsas libertades que suponen un Estado laico, y la separación de la Iglesia y Estado, han sido condenados sin cesar por los ocupantes del trono de Pedro, desde el Concilio de Trento hasta Paulo VI. Y por el propio Concilio de Trento, en principio. Así llegamos al tema que nos preocupa: ¿cómo explicar, en nombre del Concilio Vaticano II, que es posible oponerse a las tradiciones seculares y apostólicas hasta cuestionar el carácter mismo del sacerdocio católico y del santo sacrificio de la misa.”


Informa también que en Ecóne ingresaron 25 seminaristas, 5 en Weissbad, Alemania, y 6 más en Armada, Michigan.

Para noviembre de 1975 el Seminario afronta su supervivencia: 4 profesores se habían retirado (Masson, Michel, Dominique de las Presle y Georges Salleron, así como el P. Ceslas Spicq y el P. Urban Snyder).

Continuará...