La mayor de las nietas del Gral. Gorostieta, la Dra. Luz María Pérez Gorostieta, donó al Museo Cristero del Municipio de Atotonilco el Alto, Jalisco, en un acto-homenaje de inmeso simbolismo, las cartas que el General escribió durante la guerra cristera (1926-1927) a su esposa, doña Gertrudis Lazaga, donde se confirma que Gorostieta siempre fue un caballero y militar cristiano, amante esposo y devoto hombre de familia.
Atotonilco El Alto, Jalisco • Una serie de cartas escritas por Enrique Gorostieta y Velarde a su esposa Gertrudis cuando éste dirigía al ejército cristero, fueron entregadas oficialmente a las autoridades del gobierno de Atotonilco El Alto, Jalisco al conmemorarse ayer 83 años de la muerte del general regiomontano.
En un acto lleno de emotividad, Luz María Pérez Gorostieta –nieta del general cristero- entregó físicamente los documentos históricos para que formaran parte del acervo de un museo que se construirá al interior de la estación ferroviaria conocida como “La Guayaba”.
Por si la donación no tuviera una fuerte carga emocional, el acto sirvió para que los restos del general Gorostieta (Monterrey 1890 – Atotonilco 1929) y los de su hija Luz María (1928-2010) se unieran en este pueblo, pues en vida ambos nunca tuvieron la oportunidad de conocerse.
“Quiero que vayas y se los digas, que siempre será más fácil morir defendiendo la libertad, que vivir defendiendo la libertad del otro”, expresó Luz María Pérez Gorostieta en su discurso, leyendo un fragmento de las cartas.
La ceremonia se dio en presencia de diversas agrupaciones cristeras de los Altos de Jalisco, descendientes directos de quienes combatieron al gobierno masónico-bolchevique callista a finales de la década de los 20 del siglo pasado, así como familiares de Enrique Gorostieta.
Nuevo León estuvo presente en el acto con el diputado Jorge Santiago Alanís Almaguer, Presidente del Congreso de Nuevo León, y de algunos cronistas locales pertenecientes a la Asociación Estatal de Cronistas “José P. Saldaña”.
Aunque el Centro de Historia Regional de la Universidad Autónoma de Nuevo León estaba invitado al evento, de último minuto se declinó la participación.
Sentimiento cristero
“Es bueno que se recuerde esto. Mi padre fue un gran hombre que nos dejó un paquete muy pesado que no lo podemos suplir”, comenta Alfonso Valle, cuyo padre fue testigo directo en la muerte de Gorostieta.
Recordar este periodo bélico en la historia de México es necesario en un momento en que el país camina por momentos difíciles, refiere la Guardia Nacional Cristera en voz de Felipe de Jesús Domínguez.
Porta en su brazo derecho una cinta que dice “Dios, Patria y Libertad. 1926-1929” años en que duró el movimiento cristero que costó la vida de 250 mil personas.
“Quiero agradecer a Dios primeramente, por mover la mente y los corazones de muchas personas para que se haga realidad esa ilusión de que el general y sus recuerdos formaran parte de nuestro acervo histórico y cultural de esta ciudad”, dijo Domínguez.
Atotonilco y NL, hermandad
La llegada de las cartas inéditas a Atotonilco marca un momento histórico, dice su alcalde, Francisco Godínez Arias.
“Esta historia nos la mantuvieron por muchos años oculta, hoy tenemos todo a favor, pues todo está basado en la verdad y no en la mentira. A la familia Gorostieta nuestro corazón y gratitud, que ¡Viva Cristo Rey!” expresó el alcalde.
La representación de Nuevo León, a través de Santiago Alanís, indicó que en un mes harán llegar a Atotonilco el libro que analiza las cartas inéditas y que editarán el Congreso del Estado y la UANL.
“Estamos aquí para bridar homenaje a un gran hombre, hijo predilecto de Atotonilco, héroe de la aquella cruenta lucha que tiñó de sangre los suelos de Jalisco y que naciera en Monterrey”, dijo Alanís.
A 83 años en que Enrique le escribiera esas cartas de amor a su esposa Gertrudis, los documentos no pertenecen más a la familia Gorostieta, sino que ahora son patrimonio de toda la gente en Los Altos de Jalisco, expresó su nieta, Luz María Pérez Gorostieta.
En un acto lleno de emotividad, Luz María Pérez Gorostieta –nieta del general cristero- entregó físicamente los documentos históricos para que formaran parte del acervo de un museo que se construirá al interior de la estación ferroviaria conocida como “La Guayaba”.
Por si la donación no tuviera una fuerte carga emocional, el acto sirvió para que los restos del general Gorostieta (Monterrey 1890 – Atotonilco 1929) y los de su hija Luz María (1928-2010) se unieran en este pueblo, pues en vida ambos nunca tuvieron la oportunidad de conocerse.
“Quiero que vayas y se los digas, que siempre será más fácil morir defendiendo la libertad, que vivir defendiendo la libertad del otro”, expresó Luz María Pérez Gorostieta en su discurso, leyendo un fragmento de las cartas.
La ceremonia se dio en presencia de diversas agrupaciones cristeras de los Altos de Jalisco, descendientes directos de quienes combatieron al gobierno masónico-bolchevique callista a finales de la década de los 20 del siglo pasado, así como familiares de Enrique Gorostieta.
Nuevo León estuvo presente en el acto con el diputado Jorge Santiago Alanís Almaguer, Presidente del Congreso de Nuevo León, y de algunos cronistas locales pertenecientes a la Asociación Estatal de Cronistas “José P. Saldaña”.
Aunque el Centro de Historia Regional de la Universidad Autónoma de Nuevo León estaba invitado al evento, de último minuto se declinó la participación.
Sentimiento cristero
El evento sirvió para confirmar la unión cristera que existe en la región de Los Altos de Jalisco. Miembros de la Guardia Nacional Cristera y de la agrupación Amigos de los Cristeros celebraron el reconocimiento al general Enrique Gorostieta, asesinado un 2 de junio de 1929.
Recordar este periodo bélico en la historia de México es necesario en un momento en que el país camina por momentos difíciles, refiere la Guardia Nacional Cristera en voz de Felipe de Jesús Domínguez.
Porta en su brazo derecho una cinta que dice “Dios, Patria y Libertad. 1926-1929” años en que duró el movimiento cristero que costó la vida de 250 mil personas.
“Quiero agradecer a Dios primeramente, por mover la mente y los corazones de muchas personas para que se haga realidad esa ilusión de que el general y sus recuerdos formaran parte de nuestro acervo histórico y cultural de esta ciudad”, dijo Domínguez.
Atotonilco y NL, hermandad
Una especie de hermandad se forjó entre Nuevo León y Atotonilco El Alto al culminar el evento. En especial por el sentimiento de gratitud expresado por el pueblo jalisciense al recibir los documentos, hasta hace unos meses inéditos.
“Esta historia nos la mantuvieron por muchos años oculta, hoy tenemos todo a favor, pues todo está basado en la verdad y no en la mentira. A la familia Gorostieta nuestro corazón y gratitud, que ¡Viva Cristo Rey!” expresó el alcalde.
La representación de Nuevo León, a través de Santiago Alanís, indicó que en un mes harán llegar a Atotonilco el libro que analiza las cartas inéditas y que editarán el Congreso del Estado y la UANL.
“Estamos aquí para bridar homenaje a un gran hombre, hijo predilecto de Atotonilco, héroe de la aquella cruenta lucha que tiñó de sangre los suelos de Jalisco y que naciera en Monterrey”, dijo Alanís.
A 83 años en que Enrique le escribiera esas cartas de amor a su esposa Gertrudis, los documentos no pertenecen más a la familia Gorostieta, sino que ahora son patrimonio de toda la gente en Los Altos de Jalisco, expresó su nieta, Luz María Pérez Gorostieta.
El Presidente Municipal de Atotonilco el Alto, Ing. Francisco Godínez Arias, y el Presidente del Congreso de Nuevo León, Dip. Jorge Santiago Alanís Almaguer, recibiendo las cartas de manos de la mayor de las nietas del General.
En un acto lleno de emotividad, Luz María Pérez Gorostieta –nieta del general cristero- entregó físicamente los documentos históricos.
QUE DIOS NOS MANDE MAS PERSONAS COMO EL GRAL.Y LOS CRISTEROS ...
ResponderEliminarA PESAR DE TODO LO QUE SUSEDIO MUCHA GENTE SE AFERRA A LA VERSION QUE EL GOBIERNO OBLIGO A CREER Y NO A LA VERDAD..
¡VIVA CRISTO REY!